Lo que enseñó a los venezolanos el Referéndum sobre el Esequibo



Autora: María José Bermúdez Rojas

IG: @mariadelosdioses

X: @mariadlosdioses 

Breves antecedentes políticos 

    No es difícil darse cuenta de que Venezuela desde el año 2.002 entró en un espiral de bipolaridad política acompañados de una incomunicación típica de bandos en guerra, luego del Golpe y del Paro Petrolero, cuando la oposición venezolana que se encontraba dentro de las instituciones del Estado venezolano - y que en muchas oficinas aún siguen calentando la silla - decidió evitar la reconfiguración del status quo. Así que, utilizó su poder institucional para frenar lo que venía con la nueva Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Esto marcaría un antes y un después en el país porque el presidente Hugo Chávez creó un aparato de gobierno paralelo a las instituciones del Estado mejor conocidas como: Misiones Sociales para distribuir la renta petrolera (una visión política que se gestó e incluso se practicó en la IV República, su mejor exponente fue Carlos Andrés Pérez en su primer mandato). Ahora bien, por su parte la oposición se dedicó a crear una caricatura del chavismo: la narrativa explicaba que Venezuela había entrado en una dictadura y la deshumanización del chavista como un salvaje que debe ser destruído por el bien de la nación. A partir de ese momento siempre han tenido un problema: ¿Cómo explicar que vivimos en una dictadura donde podemos ejercer el derecho al voto? y se enfrentan a diario a reconocer que los chavistas somos humanos. 

    Mientras ellos se preguntaban sobre narrativas, la República vivió años de transformación social dónde se invirtió gran cantidad de dinero en la construcción de ciudadanía. Hoy hay, con todos sus dramas y dilemas, estructuras de gobierno comunitario locales en todo el país donde te consigues a personas con una gran capacidad de tener corresponsabilidad con su entorno y el entendimiento de las necesidades que hay en sus localidades; el avance más reciente y evidente de estás estructuras se demuestra en los sectores de la oposición que antes eran renuentes de participar pero hoy montan macollas impresionantes para ganarle el Consejo Comunal a los chavistas. Hay quienes dicen que el éxito de los políticos es hacerlo tan bien que las personas no se interesen en participar políticamente, pero, los hechos demuestran que es un pensamiento que no funciona a una realidad mundial que exige que todos pongamos de nuestra parte en el reto de superar: la crisis climática, la sobrepoblación, la crisis de los refugiados, el sobreconsumo, la desigualdad; en resumen, el capitalismo. Sí, el mundo ahora tiene su minuto de sinceridad antisistémica que nació de la nefasta realidad.

 Volviendo a Venezuela, desde 2011 aproximadamente el país ha venido superando diferentes retos: la pérdida sistemática del poder adquisitivo de los trabajadores; las consecuencias de no haber resuelto el problema de la Industrialización por Sustitución de Importaciones; el deterioro de la industria petrolera, las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos y gran parte de la Unión Europea; una propaganda internacional que magnífica los problemas del país y es capaz de inventar narrativas muy destructivas; la migración venezolana; los retos sociales sobre cómo establecemos hoy la manera de interactuar entre nosotros en un contexto tan difícil; el reto de pensar ¿cómo en medio de las diferencias todos vamos a defender un país con más de 900 sanciones internacionales que han puesto en jaque nuestra economía?; entre otros.

    El Referéndum sobre el Esequibo

    Ahora, desde el ejercicio de pensar sobre la sociedad venezolana, sabemos que "a llevado más palo que una gata ladrona", se ha enfrentado un proceso de pauperización de la vida mientras se encuentra bombardeado por la mediática nacional e internacional que sólo nos augura lo peor. Al respecto me pregunto ¿cómo podemos recuperar nuestra capacidad de entender políticamente este arroz con mango? Bueno, todo pasa por comprender primero que el país necesita una narrativa que nos permita caminar juntos - aunque no revueltos - porque aquí todos tenemos la libertad de ejercer nuestra posición política y eso no debe significar el eterno tabú de ser un vendido sino de tener capacidad de hablar bajo la premisa de reivindicar la venezolanidad. Ya tenemos la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que, desde hace varios años se convirtió en baluarte de la oposición. Hoy, agregamos el Referéndum del Esequibo que se convirtió en otra de las narrativas que podemos transitar juntos. Y, como buena deportista no debemos olvidar como la vinotinto o deportistas élites venezolanos nos reúnen en un sentir nacional.

    Pero, esas coincidencias no son suficientes hay un gran trabajo por hacer: superar las narrativas que deshumanizan a ciertos sectores políticos y que al mismo tiempo desconocen a una gran parte de la sociedad que ya está harta del desencuentro y se ha decepcionado de la política y los políticos - algo que no sólo pasa en Venezuela (leánse a Richard Sennett). Sobre quienes decidieron votar ayer, no importa que narrativa se inventen para invitar a la participación en la elección convocada por esta extraña dictadura: lo hemos logrado, le demostramos a la comunidad internacional que tenemos intereses que nos únen sobre nuestras ideologías y además que, este país seguirá apostando por la democracia participativa y protagónica.

    En una elección como la de ayer donde objetivamente no tenía absolutamente nada que ver con bandos políticos sino una consulta sobre un tema de interés nacional (que el gobierno ha identificado incluso como una lucha en contra de los intereses de Exxon Mobil y los EE.UU.), quienes decidieron no movilizarse se pusieron el cuchillo en la garganta ¿Por qué? Ahora, estamos en un año preelectoral y han vuelto al discurso confuso en el que el CNE a veces sirve otras no (utilizado desde 2003 aproximadamente...) Sin embargo, esa oposición que sigue buscando la confrontación que, apuesta a la tensión y la discordia porque al final buscan su función político-emocional: sacar las vísceras para lograr un cambio deseado no ha tenido cuidado de cuando utilizar las emociones y cuando la razón ¿Por qué es importante esto? porque las emociones que generan malestar interno agotan, desgastan y aburren, cuando se apelan permanentemente a ellas. Así que, sobre quienes no decidieron "mirar los toros desde la barrera", en los hechos enviaron un mensaje muy claro: "- No importa sobre qué votemos, no creemos en las elecciones, no creemos en el CNE, no creemos en la democracia venezolana"

Los venezolanos que aún están confundidos por toda la rareza y lo variopinto de la discusión política en Venezuela, tengan fe de que el diálogo nacional que una parte de la oposición ha decidido transitar, nos llevará al camino del encuentro para superar todas las barreras que tiene hoy nuestro país que unos tenemos la fortuna de vivirlo dentro de su magia mientras otros han ido a colonizar el corazón a nivel mundial con la calidad humana que nos caracteriza. Hagamos valer a Venezuela.

Comentarios